Cicatrices

Son una alteración permanente de la piel  en el proceso de reparación de una herida. El aspecto final de una cicatriz  depende de muchos factores, incluido el  tipo de lesión que la causó, el  fototipo, la localización, la dirección de la herida,  la edad de la persona que tiene la cicatriz y su estado nutricional.

Puede ser laxa o contracturada plana, abultada, hundida o pigmentada, puede ocurrir que duelan o provoquen picazón, incluso un  queloide.  En suma  tal número de variaciones de cada caso, requiere análisis y manejo individual, una “crema mágica” no lo resolverá todo a la vez y hasta puede estimular  el  defecto que presenten.

El  Láser: Las cicatrices de acné y las traumáticas tienen un alto porcentaje de mejoría con la aplicación directa del rayo de luz que provoca la vaporización de la primera capa de la piel y estímulo en la formación del nuevo colágeno. El procedimiento puede realizarse en única sesión con mínima incapacidad o en varias sesiones sin incapacidad. La mayoría de las cicatrices son susceptibles a mejoría con la aplicación de tecnologías de última generación en manos del dermatólogo experto.

Entre más pronto se trate, mayores los índices de mejoría, los medicamentos adecuados, infiltraciones, crioterapia o cirugía, abrasiones y/o láser nos ayudarán a lograr una apariencia más estética y una fisiológica recuperación de la normalidad. Es necesaria la valoración dermatológica para guiarlos  en la alternativa más efectiva al caso.